Si bien, durante los primeros de la feria se colaron bastantes personas que no eran profesionales, desde jubilados hasta un grupo de instituto, que a saber como entrarían.

El fin de semana son los días «grandes» de los garrapiñadores.

La expresión garrapiñadores viene del verbo garrapiñar que según la RAE significa «quitar una cosa agarrándola».

Se les puede identificar rápidamente por estos cinco signos entre otros más:

1) pueden llegar con maletas de mano a la feria a pesar de no tener que viajar a ningún lado:

Fitur 2010

2) Llevan más bolsas que Paris Hilton después de una dura jornada de shopping en la quinta avenida de Manhattan:

Fitur 2010

3) Son capaces de hacer una cola de veinte minutos para conseguir una caja de cartón con ruedas.

Fitur 2010

4) No importa lo que haya para comer (ya sean cacahuetes, pan tostado o caviar Iraní) hay que arrasar con todo «que la entrada nos ha costado ocho euros y la comida en IFEMA está muy cara».

Yo llegué a ver a esas señoras en el stand de Benidorm pelear por unos cuantos cacahuetes (true story).

Fitur 2010

5) El número de pósters es exponencial al nivel de éxito a la visita del garrapiñador a Fitur, muchos se llevan una colección de afiches que daría para empapelar la mismísima mansión de Falcon Crest.

Fitur 2010

Ana Larrañaga (directora de Fitur) hablaba en su entrevista en el canal Viajar sobre Fitur Green (una parte de la feria dedicada a la ecosostenibilidad de los hoteles utilizando las energías renovables pero después uno se encuentra con este panorama.

Posiblemente el que tenga una imprenta no compartirá mi opinión pero… ¿acaso es necesario gastar tanto papel?

Si estuviéramos en el año 1985 comprendería la importancia del papel como medio de publicidad del sector pero por Dios que estamos en el año 2010.

Y total… ¿tanto folleto y tanto póster va a tener un retorno de inversión? no creo que la gran mayoría vayan a ir a Lanzarote (por ejemplo) por el hecho de haber conseguido un póster de Playa Blanca.

Desgraciadamente la mayoría de «las conquistas» de los visitantes de Fitur acabará directamente en la basura o tendrá un ciclo de vida efímero.

Y mucho me temo que la mayoría de ese papel no acabará en el contenedor azul.

Está claro que Fitur no es el único lugar en el mundo donde se desperdicia papel pero cierto es que la feria podría ser más sostenible.